El Estado Islámico ya ha conseguido desbancar a la propia
Al-Qaeda como organización terrorista más influyente y poderosa, han logrado
causar más terror que incluso esta última con los atentados del 11S, debido a
conseguir formar un ejército de miles de combatientes que ha conquistado
pueblos y ciudades enteras, además de controlar amplias zonas de territorio de
Irak y Siria, y tener la capacidad de organizar numerosos atentados por todo el
mundo, o lograr que personas los cometan en su nombre o con los mismos objetivos
y técnicas de la organización, de la que suelen recibir asesoramiento.
Pero todo esto, para los que conocemos la historia de la
humanidad, no es nuevo, es algo que se repite habitualmente a lo largo de la
historia, y no es propio solo de los musulmanes, los europeos
causamos las dos guerra mundiales, y conquistamos medio mundo sometiendo a sus
habitantes, colonizándolo, muchas veces solo teniendo en cuenta nuestros beneficios económicos sin importar el desarrollo de los países colonizados.
Por lo tanto, no
podemos adjudicar la barbarie al islam o a los pueblos y naciones islámicas, ni
siquiera a que la barbarie sea fruto de la incultura o el fanatismo sin
fundamento, ya que tenemos que tener en cuenta para comprender la magnitud
actual del conflicto, cosas como la influencia del enquistamiento y el mirar
para otro lado de la ONU, sobre la guerra entre israelitas y palestinos, sobre
todo debido al apoyo de Estados Unidos a Israel, además las guerras del Golfo Pérsico
de los años 1990, las invasiones de Afganistán e Irak de principios de la
década del 2000, dirigidas por los Estados Unidos, una motivada por el atentado
del 11S y la otra por el supuesto armamento nuclear del dictador Sadam Hussein,
la primera aprobada por la ONU, la segunda por Estados Unidos con apoyo de
Inglaterra y España (trío de las Azores) y con el apoyo también de otros países, pero no con la autorización de la ONU.
Hemos de tener en cuenta, el trato que se dio a los
prisioneros y la población civil por parte de los soldados estadounidenses, los
mayores participantes en la intervención armada de combate, no ya por los casos
de violaciones y torturas más o menos permitidas, sino que oficialmente se ha
sabido gracias a la reciente desclasificación de documentos de la CIA, que el
propio gobierno estadounidense usaba la tortura, algo reconocido por la propia
administración estadounidense, de hecho recordemos la polémica de las cárceles
secretas al margen de cualquier convenio internacional y protección legal, situadas fuera de suelo estadounidense para salvaguardar más su secretismo, o
la base de Guantánamo donde las filtraciones permitieron conocer que las
torturas eran algo habitual, recordemos las imágenes de los presos encapuchados, engrilletados de pies y manos.
Hay que tener presente también, la reciente intervención en la
guerra civil de Libia en 2011, en la que El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó
la intervención armada también liderada por Estados Unidos, que realizó
operaciones aéreas y de apoyo logístico a los rebeldes. Tras la victoria
rebelde, se produjo el linchamiento público de Gadafi por los rebeldes, cuando
estos tomaron el poder gracias al apoyo de la comunidad internacional.
Ejecución parecida fue la del ahorcamiento de Sadam Hussein, que permitieron los propios norteamericanos, posiblemente similar a la
ejecución de Osama bin Laden, de la que no hay imágenes públicas, aunque debido
al periodista estadounidense con prestigio internacional ganador del “Pulitzer”
Seymour Hersh, se considera que la historia de la muerte de O. Bin Laden contada
por el gobierno de los Estados Unidos podría no ser verídica.
Sin embargo, en todos
los países musulmanes que se ha intervenido militarmente con acciones armadas
principalmente con el liderazgo de Estados Unidos, sea con aprobación de la ONU
o no, la inestabilidad política es constante, incluso en muchos casos, peor que
la que había antes de la intervención, las condiciones de seguridad y vida para
la población han empeorado, y las acciones de violencia armadas son frecuentes,
no solo contra países occidentales, sino entre los mismos musulmanes, por
defender ideologías basadas en interpretaciones diferentes de la religión islámica, y buscar alcanzar el poder.
No es necesaria la intervención armada directa en un país, para influir en sus decisiones políticas, por ejemplo, en otros casos se decide
otro tipo de intervención, como financiar a un sector o grupo de poder, como
ejemplo podríamos poner la financiación del Ejército Egipcio por parte de los
Estados Unidos, ejército que tras las revueltas populares en Egipto, que
consiguieron derrocar a Hosni Mubarak en 2011 durante las revueltas de la llamada
“Primavera Árabe”, intervino para dar un golpe de estado poco después, y evitar
que el partido de los Hermanos Musulmanes lograse el poder en Egipto, aunque lo
hubiese logrado con medios democráticos.
Por lo tanto, hay que tener en cuenta todos estos
antecedentes y otros, para entender el odio a Occidente y el auge de grupos terroristas
de carácter islamista, que han proliferado, sobre todo el EI, con una capacidad
de destrucción muy superior a la que tuvo el Al-Qaeda de Osama bin Laden.
Una de las mayores
víctimas de todos estos conflictos, son el arte y los yacimientos
arqueológicos, el patrimonio cultural, ya que a pesar de una etnocéntrica educación que la mayoría
de nosotros hemos recibido, y que podamos pensar que el origen de la cultura,
la civilización, la ciencia… está en la antigua Grecia, tenemos que tener en
cuenta que el mayor esplendor y florecimiento cultural que se dio tanto en
tiempos prehistóricos, como históricos, no tuvo lugar en Europa, sino en muchos
de los países que están sufriendo estos conflictos armados, donde se considera
que surgieron los primeros asentamientos poblacionales de carácter sedentario,
las primeras ciudades y los primeros imperios.
Me refiero a Mesopotamia, y las culturas que se desarrollaron
bajo esa amplia zona geográfica, culturas como la sumeria, que ya conocía la
ciencia, la escritura (se considera que ellos fueron los primeros que
inventaron una escritura de tipo alfabético), la astrología, las matemáticas,
la arquitectura…
Sobre fechas de unos 2.500 años antes de Cristo, culturas como la babilónica, cuya capital Babilonia hacia el 1.800 a.C. fue una de las ciudades más ricas y pobladas de toda la antigüedad, tenían una belleza y esplendor de fama mundial (entiéndase el mundo conocido bajo el área de influencia de esa cultura o próximas), por ejemplo la cultura asiria que en el siglo VII a.C. logró formar uno de los mayores imperios de la antigüedad, cuando los asirios lograron conquistar todo Mesopotamia, llegando a Egipto y toda la zona este del mediterráneo y parte de la actual Turquía.
Sobre fechas de unos 2.500 años antes de Cristo, culturas como la babilónica, cuya capital Babilonia hacia el 1.800 a.C. fue una de las ciudades más ricas y pobladas de toda la antigüedad, tenían una belleza y esplendor de fama mundial (entiéndase el mundo conocido bajo el área de influencia de esa cultura o próximas), por ejemplo la cultura asiria que en el siglo VII a.C. logró formar uno de los mayores imperios de la antigüedad, cuando los asirios lograron conquistar todo Mesopotamia, llegando a Egipto y toda la zona este del mediterráneo y parte de la actual Turquía.
No solo fueron estas culturas las que poblaron toda la zona
de oriente medio y sus áreas de su influencia, como el este del Mediterráneo,
pero estas son algunas de las culturas más conocidas, que alcanzaron un gran
poder y de las que hay muchos restos arqueológicos y obras de arte.
Aunque en toda la zona de Oriente Medio, también hay restos arqueológicos de
gran valor de culturas como la egipcia, helénica (conquistas de Alejandro
Magno), romana, bizantina, árabe, otomana…
No debemos pensar solo en las obras culturales que el Estado Islámico está destruyendo, pese a ser muy impactantes las imágenes que de ellas tenemos y que se han difundido en los medios de comunicación, sino que debemos pensar de manera historiográfica y global, y tener en cuenta la importancia histórica que tienen los lugares donde actualmente hay conflictos armados de gravedad, provocando la masiva destrucción del arte y patrimonio cultural.
Estos países mayoritariamente son de religión musulmana, y el patrimonio cultural está en peligro
no solo por la ideología y las acciones del Estado Islámico u otras
organizaciones armadas, sino por los gobiernos establecidos en cada país, los
grupos rebeldes y las posibles intervenciones armadas de otros países.
Considero que como
historiadores, debemos intentar divulgar la idea entre el gran público de que
cosas como el arte, los yacimientos arqueológicos, todo el patrimonio cultural
son mucho más, o pueden ser mucho más que simples atracciones turísticas,
piezas de museo, u obras de coleccionismo, sino que forman parte de nuestra
historia, es decir, de nuestra identidad.
No podríamos entender las culturas mediterráneas occidentales, sin las culturas de oriente medio, ya que fueron el verdadero germen
de la evolución humana, fueron civilizaciones sedentarias, social y
culturalmente complejas y avanzadas, con conocimientos culturales muy
desarrollados, y muchos de los avances más importantes de la humanidad se
considera que tuvieron lugar en esa zona, como el conseguir por primera vez el
excedente de alimentos, a través de la agricultura y la ganadería, el poder
vivir de forma sedentaria, la escritura…
Aunque hay diferentes teorías sobre estos aspectos, y se
podría discutir sobre el neolítico y la auténtica aparición de la civilización, si lo miramos a escala global, pero comúnmente se acepta a la zona de
Mesopotamia como origen de la sedentarización, la urbanización y la
civilización, en cuanto a nuestro modo de estudiar la historia.
Es importante tener en cuenta que, de cara al estudio
histórico y arqueológico de carácter científico, toda excavación que no sea
haga contextualizada, con un método arqueológico científico, por mucho valor que
tengan las piezas como obra de arte, el valor de información histórica que nos
pueden aportar queda destruido, si estas no se extraen por parte de arqueólogos
y estudiosos profesionales.
La información no solo se extrae de la pieza en sí, sino del contexto, posición, distribución, colocación, orientación, composición de las piezas y del propio contexto… por lo tanto, las piezas o yacimientos aunque no se destruyan, si se alteran en lo más mínimo, ya pierden el valor documental y de estudio, así que no hace falta la destrucción física, para realmente “destruir” lo más valioso que puede tener una obra o yacimiento arqueológico, desde el punto de vista de la ciencia y la cultura, que es la información científico histórica que nos puede aportar.
La información no solo se extrae de la pieza en sí, sino del contexto, posición, distribución, colocación, orientación, composición de las piezas y del propio contexto… por lo tanto, las piezas o yacimientos aunque no se destruyan, si se alteran en lo más mínimo, ya pierden el valor documental y de estudio, así que no hace falta la destrucción física, para realmente “destruir” lo más valioso que puede tener una obra o yacimiento arqueológico, desde el punto de vista de la ciencia y la cultura, que es la información científico histórica que nos puede aportar.
Aunque bien es cierto que, cualquier acción armada sobre el
terreno es susceptible de destruir el patrimonio cultural, no podemos atribuir
esto solamente al Estado Islámico, por muy impactantes que puedan resultar las
imágenes de como destruyen el patrimonio cultural, ya que se considera que con
la destrucción causada por ejemplo, en la ciudad siria de Alepo, durante la
guerra civil Siria, el gobierno sirio de Bashar Al-Assad ha causado pérdidas en
el patrimonio cultural igual de graves que las que ha causado el Estado
Islámico.
Es difícil hacer un balance y poder estimar todos los
yacimientos, obras de arte, patrimonio cultural, que ha sido destruido hasta la
fecha, ya que además de que todavía las hostilidades y situación de inseguridad
e inestabilidad en la zona es constante, los conflictos de carácter violento se
extienden cada vez más, y el poder del Estado Islámico no se debilita
significativamente pese a los actuales bombardeos de Estados Unidos, Francia y
Russia.
Los estudios necesarios para llevar a cabo un informe
pormenorizado, del daño sobre el patrimonio cultural, no se pueden llevar a cabo
porque la peligrosidad de hacerlo es muy elevada, y las labores de
investigadores y periodistas en la zona son de demasiado peligro y dificultad,
sobre todo en las zonas donde opera el Estado Islámico, de todos modos, podemos
considerar que en las zonas ocupadas por el Estado Islámico posiblemente, el
patrimonio cultural haya sido destruido, y en las zonas de combate más intenso
de Siria e Irak también, incluso en los enfrentamientos donde no interviene el Daesh.
Voy a tratar sin embargo, de dar una lista resumida del
patrimonio histórico que ha sido destruido o posiblemente destruido hasta la
fecha, en los diferentes conflictos armados que han sucedido en países y
territorios musulmanes, tan importantes desde el punto de vista del patrimonio
artístico y cultural como Afganistán, Egipto, Siria, Irak, Libia, Yemen…
En todos ellos actúa el Estado Islámico, que tiene zonas ocupadas bajo control permanente en países como Irak y Siria, aunque su capacidad ofensiva es prácticamente internacional.
Pese a que los países y patrimonio cultural afectado podrían ser muchos más, gracias a las imágenes de satélite y los vídeos que reciben los medios de comunicación y las redes sociales, nos podemos hacer una idea de la colosal magnitud de la destrucción cultural, de la que la mayoría de la población no es plenamente consciente, porque en su mayoría desconoce la importancia cultural de lo que se está destruyendo.
Esta es una lista que contiene algunos de los monumentos más destacados destruidos:
En todos ellos actúa el Estado Islámico, que tiene zonas ocupadas bajo control permanente en países como Irak y Siria, aunque su capacidad ofensiva es prácticamente internacional.
Pese a que los países y patrimonio cultural afectado podrían ser muchos más, gracias a las imágenes de satélite y los vídeos que reciben los medios de comunicación y las redes sociales, nos podemos hacer una idea de la colosal magnitud de la destrucción cultural, de la que la mayoría de la población no es plenamente consciente, porque en su mayoría desconoce la importancia cultural de lo que se está destruyendo.
Esta es una lista que contiene algunos de los monumentos más destacados destruidos:
Afganistán: Budas de Bamiyan siglo V d.C.
destruidos en 2001.
Egipto: saqueos de museos de Egipto (durante
protestas populares en Egipto, a la vez protección por parte de los mismos
ciudadanos, muchos de ellos devolvieron piezas al museo que se habían llevado
para protegerlas) saqueados y deterioro de numerosas piezas en 2011.
Siria: uno de los países que más patrimonio
cultural ha perdido, incluyendo varios monumentos declarados patrimonio de la
humanidad como la Ciudadela y Fuerte antiguo de Alepo, empezado a construir en
el siglo IV d.C. pero colina ocupada y usada desde tiempos de las culturas
mesopotámicas, Sinagoga de Jobar siglo VIII a.C., ruinas romanas de la ciudad
de Palmira siglo I a.C., ruinas romanas de la ciudad de Bosra siglo II d.C., La
Gran Mezquita de Alepo 715 d.C., considerado uno de los castillos y fuertes más
antiguos y mejor conservados del mundo, Zoco y Ciudadelas Viejas de Alepo siglo
XII d.C., Fortaleza de los Caballeros siglo XII d.C… podemos afirmar que
prácticamente todo el patrimonio arqueológico cultural sirio ha sido destruido
durante la guerra civil siria, pese a que este país era uno de los países con
mas riqueza cultural del mundo con gran cantidad de monumentos declarados
patrimonio de la humanidad por la UNESCO, destruidos durante la guerra civil
siria, los mayores destrozos se considera que los ha causado el ejército del
gobierno sirio, 2011-actualidad.
Irak: tumba de Jonás en Mosul siglo VIII
a.C., museo y ruinas de Mosul (una de las ciudades más importantes del antiguo
imperio asirio llamada Nínive), Gran Mezquita de Samarra siglo IX, antigua
ciudad asiria de Nimrud…
Libia: Cirene ciudad griega del siglo VII
a.C.
Hay que tener muy
presente que no solo los musulmanes, sean del bando que sean, han causado la destrucción del patrimonio artístico y cultural, aunque quizás los miembros del Daesh son los que lo destruyen de forma más cruel y deliberada, con un fanatismo
que recuerda el odio que sentían los nazis por los judíos.
También se han producido muchos destrozos y saqueos del
patrimonio arqueológico y cultural en los países que han sido intervenidos con
acciones armadas, como las lideradas por los Estados Unidos, ya que los museos
de Irak sufrieron una ola de saqueos muy considerable tras la invasión
estadounidense de este país en 2003.
Además, los bombardeos siempre pueden causar daños no solo
entre la población civil, sino entre el patrimonio cultural, si bien es cierto
que normalmente los países que intervienen dicen que intentan hacer bombardeos
de precisión, aunque muchas veces han provocado daños en civiles, incluso en
instalaciones de carácter sanitario, protegidas por el convenio de Ginebra, por
lo tanto, podrían causar también daños en el patrimonio cultural, que no es solo
de los países donde se encuentra, pertenece a todos, por lo tanto es
responsabilidad de todos protegerlo.
En este reportaje, no se recoge todo el patrimonio cultural
destruido de forma pormenorizada, sin embargo, sí considero importante que el
lector pueda lograr hacerse una idea, de la importancia del arte y el patrimonio
cultural e histórico que estamos permitiendo que sea destruido, que en mi
opinión, de forma indiscutible, forma parte de lo mejor que tenemos, y que una
vez se pierde, es imposible de recuperar.
La humanidad esta enferma de Alzheimer, ya que está dejando
que se destruyan todos nuestros recuerdos, toda nuestra historia, todo lo mejor de la humanidad que es el patrimonio cultural, artístico, arqueológico...
Tantas guerras que se han promovido en los países más afectados por este problema, provocando tras ellas situaciones de inestabilidad e inseguridad mucho más graves de las que padecían, aunque vivieran bajo sistemas dictatoriales, y ahora que de verdad nos necesitan y están perdiendo todo lo más valioso de sus países, les abandonamos prácticamente a su suerte, solo actuando con bombardeos que no están siendo efectivos para resolver plenamente el problema.
Si nuestro objetivo era destruirles, en vez de ayudarles, lo hemos hecho y lo estamos haciendo muy bien, pero el problema es que no nos damos cuenta que ya no es necesaria la guerra para ayudarles a conseguir la democracia, y conseguir más seguridad en países occidentales, sino que esta es imprescindible para salvar a la humanidad, de la destrucción sistemática que se está llevando a cabo del patrimonio cultural, tanto por unos, como por otros, provocada mayoritariamente por la guerra.
Esta situación es tan grave, como puede serlo un genocidio, esta vez no contra una determinada raza, etnia, ideología… sino contra la propia humanidad, porque la vida de las personas es lo más importante, pero la vida sin sentido, no tiene sentido.
Nota: he borrado las imágenes de esta entrada del blog, tenía varias muy buenas imágenes pero no son libres de derecho de autor. La lectura resulta mucho más incómoda y casi imposible sin imágenes, pero no se pueden usar imágenes que tengan algún tipo de derecho de autor, y usar imágenes de poca calidad tampoco me parecía conveniente.
Disculpa las molestias.
Para las fuentes bibliográficas he usado:
Raquel Lopez Melero. (2011). Breve Historia del Mundo Antiguo. Humanes Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces.
Para las fuentes web he usado:
www.europapress.es. (2015). El patrimonio histórico destruido en Siria en mapa e imágenes. 2015, de www.europapress.es Sitio web: http://www.europapress.es/internacional/noticia-patrimonio-historico-destruido-estado-islamico-siria-mapa-imagenes-20151005180220.html
www.abc.es. (2015). Patrimonio cultural destruido en Irak y Siria. 2015, de www.abc.es Sitio web: http://www.abc.es/internacional/patrimonio-destruido-irak-siria.html
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